La influencia de los padres en la personalidad de sus hijos e hijas es un hecho innegable que afecta también a aspectos como su autoestima, inseguridades y preferencias. Estos gustos y preferencias que se trasladan de padres a hijos abarcan hasta el ámbito escolar, de modo que los estudiantes pueden llegar a amar o temer una asignatura en función de lo que sus padres les han transmitido, aunque haya sido de manera inconsciente.
Diversos estudios internacionales han puesto de manifiesto la relación existente entre la aversión a las matemáticas que sentían los progenitores y el rendimiento de sus hijos en esta materia. Una de estas investigaciones la realizó Erin A. Maloney de la Universidad de Chicago, quien se propuso demostrar la relación entre la ansiedad que generaban las matemáticas en los padres y los resultados de sus hijos en esta asignatura. Los resultados fueron concluyentes: ambas variables estaban inversamente relacionadas, es decir, a mayor ansiedad paterna menor rendimiento escolar.
En España se han realizado estudios similares como el “Barómetro de las Matemáticas en España”, para el cual se realizaron 1200 encuestas a padres y madres con hijos/as de entre 6 y 14 años de todo el país. Dicho análisis arrojó las mismas conclusiones: el rechazo a las matemáticas de los estudiantes se encuentra ligado al sentimiento negativo de sus padres hacia ellas. Entre otros datos, se señala que uno de cada tres padres y madres reconoce haber tenido una mala relación con las matemáticas durante sus años como estudiante y no creen poder ayudar a sus hijos con esta asignatura. Pese a esto, el 61% de los progenitores coincide en que las matemáticas son una asignatura importante para el futuro de sus pequeños y que es necesario que éstos no se queden sólo con el trabajo realizado en clase, sino que realicen un esfuerzo en las horas extraescolares.
Afortunadamente, al igual que se pueden transmitir inseguridades y miedos de padres a hijos, también podemos enseñarles otros valores como la capacidad para esforzarse y perseverar, la tolerancia a la frustración y sobre todo, la importancia de las matemáticas para el desarrollo normal de su vida diaria. Existen multitud de actividades sencillas y juegos que podemos hacer con nuestros hijos e hijas para que su relación con las matemáticas sea más amena y positiva:
- Demostrarles que las matemáticas están presentes en su vida diaria: cuando miran la hora, cuando hacemos alguna compra o simplemente cuando calculamos cuánto tiempo tardaremos en llegar a algún lugar.
- Practicar el cálculo mental: se trata de una destreza necesaria y útil cuando tenemos que hacer cálculos rápidos en comercios. Hacer a nuestros hijos partícipes de estos cálculos y su necesidad hará que se interesen por las matemáticas sin darse cuenta.
- Demostrar a nuestros hijos que, aunque las mayorías de las veces solo existe una respuesta correcta a un problema, podemos encontrar diferentes formas de resolverlo.
- Aprender de los errores: es importante transmitir a los hijos que un error no es algo de lo que avergonzarse y que debamos olvidar rápidamente, sino que nos puede ayudar a seguir aprendiendo y mejorar, y a no volver a cometerlo en futuras ocasiones.
Como hemos expuesto, el papel de los padres en el aprendizaje de las matemáticas tiene una importancia clave y puede ser decisivo para el éxito de sus hijos en esta materia. Podemos concluir que una actitud positiva hacia esta asignatura es el factor más determinante para que los niños no se predispongan negativamente hacia ella. En Academia de Enseñanza Juan Alfonso disponemos de los recursos necesarios para ayudar a sus hijos e hijas a superar esta asignatura rodeada de prejuicios y conseguir que los estudiantes acaben interesándose por ella, manteniendo siempre un contacto directo y permanente con los padres.